Peripecias de Salud en RD

Te levantas sabiendo que el horario de consultas se extiende desde las 8:30 AM hasta las 5:00 PM. Planificas que te será necesario llegar tarde al trabajo, pero muy probablemente no más allá de las 10:30 AM, y con toda seguridad no más allá del medio día. Así inician las peripecias.

Recuerdas que las consultas en RD, sin importar la que fuere, ni tampoco el seguro privado que tengas, debes pagar una “diferencia” en efectivo. Al sacar balance mental te das cuenta que lo que tienes de efectivo en la cartera probablemente no sea suficiente y que tienes que pasar buscarlo antes de ir a la consulta. Ese desvío cuesta: encuentras que eres el número 6 en turno para poder obtener el efectivo que necesitas.

Llegas al consultorio, tomas turno (porque según te ha informado el día anterior la secretaria por teléfono las consultas no son por cita, más bien por “orden de llegada”). Te sientas y te dispones a esperar. Entre tanto te preguntas: “¿Por qué si la diferencia a pagar por el examen en cuestión de acuerdo a la aseguradora es de $252 yo debo pagar $800?”, pero en un país como el nuestro hacer tantas preguntas sólo da rabia, así que vamos una enfermedad a la vez.

La doctora llega a las 10:15 AM – sí, 105 minutos de retraso, muy cerca de la media de retraso en que los especialistas van al consultorio – por lo que llegar a las 10:30 a la oficina no será posible; empieza el flujo de pacientes a la manera en que una soga es insertada en el ojo de una aguja de coser, hebra por hebra.

Estás a punto de descubrir algo espeluznante: después de los primeros dos pacientes el turno por “orden de llegada” no es tal, la doctora y su secretaria llaman a los pacientes según su propio criterio, un criterio especial y desconocido, pero del que tarde te das cuenta que no eres parte.

Las horas siguen avanzando. Algunos pacientes conversamos de diversos temas y todos nos llevan a la misma conclusión, a lo necesitado que está el hombre y su mundo de la salvación que sólo Cristo da.

12:30 PM… debido a la falta de orden, ya no sabes cuál es tu turno. Pides a Dios que al menos a la 1:30 PM hayas terminado pues tienes reunión a las 2:00 PM en el trabajo.

1:15 PM… no sólo no ha llegado tu turno, pero los que estaban desde las 12:00 PM no salen todavía. Llegan al mismo tiempo un paciente que nos enteramos había hecho cita el día anterior para la 1:30 PM – exacto, las citas son parte del criterio escondido que manejan la doctora y su secretaria – y el almuerzo de la secretaria, la doctora y la asistente.

1:30 PM… te rindes: el almuerzo que estuvo unos 15 minutos en el escritorio de la “secre” es llevado al interior del consultorio. ¿Acaso no saben ellas que la mitad de los pacientes que tomaron para atender desde antes de las 9:00 AM todavía están esperando, sin comer? No es que uno no comprenda que ellas deben almorzar, que tienen derecho a ello, pero ¿por qué entonces toman tantos pacientes como para tener que esperar que llegue la hora de almorzar, no atenderlos, dejarlos esperando, e irse a almorzar? Lo justo sería tomar los que puedan atender en la mañana y los demás citarlos para la tarde, concluir con los primeros, almorzar y luego recibir los pacientes de la tarde.

Finalmente escuchas llamar tu nombre – hace mucho los números desaparecieron – pero entonces observas que junto a ti entra otra paciente: para hacer más aprisa el proceso, ¡los pacientes son entrados al consultorio de dos en dos! A ella la sientan junto al escritorio de la doctora y a mi me llevan a la camilla que se encuentra MEDIO METRO detrás del escritorio, cubierta por media puerta (esas tipo “saloon” en las películas de vaqueros). La doctora, atenta a su celular, sin levantar el rostro para verme, me indica que me acueste de lado en la camilla y sale a atender a la paciente que entraron conmigo. Gracias a Dios soy despistado y sordo, porque de otra manera hubiera violado el secreto “doctor-paciente” al escuchar lo que hablaban doctora y paciente.

La asistente viene a mi y me indica que debo quitarme la camiseta, etc. Pensé que ella haría el estudio pero no, sale y me deja sin camiseta, en un cuarto frío intenso, y se va a sentar en la computadora, en actitud de espera. Cuando la doctora termina con la paciente regresa a la camilla e inicia el examen, mientras dicta a la asistente los resultados.

Al concluir, va a su escritorio, sella los resultados y los firma. Extiende las páginas a mi y se despide… 2:40 PM.

Y para evitarles el cansancio no les contaré lo que ocurrió al tratar de comprar los medicamentos.

¡Dios guarde a los enfermos en RD!

A mis amigos médicos, les pido:

  1. Sean puntuales
  2. Permitan el pago con tarjeta de crédito o débito
  3. Hagan consultas por citas, les aseguro que no perderán nada y tendrán más organización.
  4. Dividan las citas en dos grupos, antes y después del almuerzo.
  5. ¡No reciban pacientes de a dos a la vez!
  6. Sean amables
  7. Sobre todo, de la profesión vean más el servicio que el negocio.

Buenas noches!

Inescrutables son Sus caminos

“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”‭‭ Romanos‬ ‭11:33-36‬ ‭RVR1960

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Nunca antes fue tan necesario confrontar la soberbia de nuestras palabras con la realidad de nuestra ignorancia.

Vivimos ante la generación más educada e informada de toda la historia (ver artículo de Pew Research Center, en inglés, «How Millenials Today Compare with their Grandparents from 50 years ago«), por lo que hemos llegado a entendernos como capaces y normativos: nuestras palabras no son sólo palabras o ideas, son verdades irrefutables, capaces de borrar conciencias, destruir conceptos, cambiar la «ideología de género», redefinir la familia y sus roles, actualizar el criterio de lo que es vida y lo que no, y en ese mismo proceso erradicar a Dios y Su Palabra de nuestros hogares, escuelas y mentes.

Hoy más que nunca es pertinente entender las palabras que el Espíritu de Dios inspiró al apóstol Pablo: “Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? (‭‭1 Corintios‬ ‭1:19-20‬ ‭RVR1960‬‬).

¿Somos realmente tan sabios para no necesitar el conocimiento del Señor? ¿Ha sustituido nuestra «sabiduría» la infinita sabiduría suya? ¿Es Su Palabra ya algo sin importancia o vigencia? Según los intelectuales de este siglo, Dios ya no es actual, vigente ni necesario. Friedrich Nietzsche dijo por todos:

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«Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿Debemos aparecer dignos de ella?» Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125

Nuestra «sabiduría» nos ha llenado de orgullo, de soberbia, nos ha hecho los rectores de nuestro destino, tal como hemos querido hacer siempre.

Sin embargo, nuestra propia ciencia desdice nuestra creencia de ser sabios. Biológicamente seguimos naciendo «varón y hembra», identificados por la combinación de dos cromosomas («x», «y»). Nuestros diccionarios definen el fecundar como «unir o unirse el elemento reproductor masculino al femenino dando inicio al desarrollo de un nuevo ser vivo«. Tanto es nuestra ignorancia, que no conocemos nuestro propio cuerpo: a penas en Enero de este año (2017) los diarios del mundo publicaban como noticia de la designación del «Mesenterio» como nuevo órgano en el cuerpo humano. Se nos escapó durante siglos y siglos su funcionamiento! Y como si fuera poco, ayer, 16 de Febrero, los «sabios» del mundo han «descubierto» nada más y nada menos que un nuevo continente, Zealandia.

Definitivamente, apelar a nuestra sabiduría como razón para ser o hacer por encima de la Sabiduría y los designios del Creador, es insensatez. Tiempo es, pues, de procurar llenarnos de la verdadera Sabiduría. Tiempo es de, al más puro estilo del profeta Samuel, pedir con humildad al Señor que hable mientras en silencio nos disponemos a escuchar de Sus Maravillas…

«… derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo» 2 Corintios 10.5 RVR1960

Nuevo «ANATEMA»

Este es el funeral de «Gilbert», quien fuera asesinado de 11 balazos en uno de esos intercambios de disparos tipo películas del viejo oeste, donde los villanos son acribillados y los héroes no reciben ni un rasguño. Al leer la noticia en DiarioLibre.com me encontré con este párrafo:

«Cientos de jóvenes tomando whisky «etiqueta negra» y cerveza, cantando reggaetones, salsas y canciones del grupo Tercer Cielo, caminaron todo el trayecto en motores, bicicletas, camionetas, carros y a pie, hasta el camposanto»

Sepelio de "Gilbert"

Sepelio de «Gilbert»

Que triste! Triste cuando el mensaje de Cristo se disfraza y se tuerce tanto que termina cualquierizado. Esta nueva forma de «anatema» (según Pablo en Gálatas 1.6-10) es un mensaje que no tiene poder y que da falsas esperanzas, que pierde en lugar de salvar. Que triste cuando los cristianos en lugar de brillar y destacarnos queremos ser populares. Ponemos a un lado el propósito por el que estamos aquí, ser sal y luz de la tierra.

Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferenteNo que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo» (Pablo en Gálatas 1.6-10)

Como bien enseña Pablo, la meta no es agradar a los hombres, no es ser populares entre ellos. No podemos hacer del evangelio «agua de melao», pues entonces deja de ser el evangelio y se convierte en maldición. Maldición para los que lo creen, pues refugiados bajo un manto falso de esperanzas se pierden eternamente; maldición también para los que lo propagan, pues se hacen a sí mismos culpables de la sangre de aquellos que se perdieron.

El evangelio es de Dios, no de hombres, agrademos a Dios entonces!

De Locos y Piedras

Tanto tiempo con deseos de hablar y sin poder hacerlo! Hay tantos y tan diversos temas nacionales (el salami y el pollo; Miguel e Hipólito), muchos otros personales y espirituales, pero tomaré unos breves minutos para referirme a lo que viví esta mañana cuando me dirigía la oficina.

Mientras mi carro salía de la Rotanda en San Pedro de Macorís y se encaminaba al puente, puede presenciar a uno de los locos macorisanos que, piedra en mano (3 grandes piedras para ser exacto) amenazaba a los conductores y peatones. No puedo describirles el frío que de pronto sentí. A unos 30 metros, sentado en una pared justo al lado de su destacamento, un  policía veía abstraído el tránsito sin prestar atención a lo que pasaba. Entonces pensé: «¿Y si este loco me apedrea? ¿Y si apedrea a otra persona y provoca un accidente fatal aquí?».

"¿Y si este loco me apedrea?"

«¿Y si este loco me apedrea?»

Vivimos en un país desorientado, carente de tantas y tan importantes cosas (inversión constitucional en educación, metales en los puentes y lugares públicos, dinero para hacer un locrio de pollo, y ni hablemos del salami), los locos y sus piedras son lo menos importante, aunque sin duda alguna una muestra de la falta de controles básicos en general.

Digamos que este loco hubiese provocado un accidente: apedrea un vehículo, rompe el cristal, impacta al conductor, este se sale del camino, golpea algunos peatones, rompe alguno de los muros del puente y termina su marcha en el río o sobre una de las casas que se encuentran debajo del puente. Un saldo de varios muertos, otros heridos, daños a la propiedad pública y privada por varios cientos de miles de pesos, y nadie a quien hacer responsable. Las aseguradoras no cubren ese tipo de daños, las familias de los afectados no tienen a quien demandar por justicia penal ni civil. El loco en cuestión queda en poco tiempo libre, listo para volver a la irracional faena de andar en el medio de la calle y querer agredir a los conductores que se le acercan.

Me pregunto: ¿no sería más fácil si alguna autoridad decidiera internar a este individuo y darle los cuidados necesarios antes de que provoque más daño del que ya ha hecho y del que le queda por hacer? ¿No podrían los oficiales de policía disponer de pistolas TASER  para tranquilizar a este loco o a cualquier otro ciudadano en situaciones similares?

Pistola TASER

«¿No podrían los oficiales de policía disponer de pistolaa TASER?»

Una pistola TASER cuesta apenas unos USD 430.00 y los «cargadores» otros USD 30.00, mucho menos que el costo de un arma letal, y mucho menos que el costo del cuadro hipotético que antes describí. ¿Alguno de ustedes conoce algún funcionario público que pueda ayudar a promover esto? Quizás alguien que se sienta interesado en traer pistolas TASER para la Policía Nacional y quien sabe si hasta al público general (con licencia y permiso como las demás armas). Imagínense: abrir un san de pistolas, para que los pobres puedan acceder a ellas!