Lo que estoy por compartir con ustedes no es desconocido. Al contrario, es la experiencia de vida de todos nosotros los que vivimos en este amado pedazo de isla.
Siempre que hablamos de Calidad entendemos que Calidad tiene que ver con la satisfacción de las necesidades expresadas por el cliente. Pero hay un elemento adicional a considerar en nuestro concepto de Calidad: la educación.
La educación no nos brinda tan sólo conocimiento. El principal valor que aporta una buena educación en el ser humano es el darle nuevos ojos, capacitarle mejor al momento de tomar decisiones, pues el conocer diferentes hechos y opciones le permite sopesar los beneficios y los perjuicios que acarrean consigo la decisión, cualquiera que esta sea. De igual forma, sin educación es muy sencillo ser embaucado, ser guiado a lugares que no queremos ni nos conviene ir, es simplemente dar a otros (los educados) el poder de decidir por nosotros. Una nación sin educación no tiene historia ni memoria.
Es por esto que, con asombro y alarma, observo por meses en cada estación de gasolina y/o supermercado del país las cucharas que acompañan a la compra de un helado Bon de los de «cajita pequeña» (la presentación más económica de estos helados). La foto a la derecha habla por sí sola: todos esos puntos oscuros en la cuchara no son contaminación externa, por el uso de la misma. No. Todos esos «puntitos» negros están incrustados en la estructura misma de la cuchara y no son más que evidencia de que para su elaboración se utiliza resina no virgen; en otras palabras, esto quiere decir que para fabricar estas «cucharas» se utiliza plástico reciclado.
Piensa por un momento: una cuchara que voy a llevar a mi boca varias veces mientras termino el helado está hecha de materiales reciclados. ¿Qué uso le dieron a los materiales que se reciclaron para hacer esta cuchara? ¿De dónde los colectaron para reciclarlos (ya que en nuestro país no hay políticas de manejo de desperdicios)?
Se supone, por regulaciones internacionales, que cada artículo de uso alimenticio, médico o farmacológico que entra en contacto con el cuerpo humano debe ser elaborado de, entre otras cosas, materiales vírgenes. Pero, por la falta de educación de nuestro pueblo, seguimos comprando nuestros helados y comiendo con cucharas recicladas de Dios sabe qué otros productos plásticos.
No es posible obtener calidad sin educación. Mientras no podamos decidir, otros decidirán por nosotros, y siempre lo harán para beneficiarse ellos. Por mi parte, no compraré más estos productos hasta que alguien se ocupe de corregir este asunto.
sorprendido, no tenia ni idea de esto. Gracias!